Hinchazón e incomodidad, mayor volumen, aparente aumento de peso… son síntomas de algo que todos hemos experimentado alguna vez, muy frecuente en verano: la retención de líquidos. Por suerte, conociendo sus causas podremos introducir los cambios de hábitos necesarios para evitarla y mitigar sus efectos.
¿Qué es exactamente la retención de líquidos?
Se conoce como retención de líquidos a la acumulación excesiva de agua en los tejidos corporales. Aunque puede ser síntoma de otras patologías, como enfermedades renales o hepáticas, normalmente la causa está relacionada con el sistema circulatorio.
Cuando las venas se dilatan el torrente sanguíneo se mueve con mayor lentitud y se va acumulando el agua en los capilares. Así, el organismo no es capaz de eliminar todos los líquidos y se produce esa retención en los tejidos, que causan la hinchazón. El aumento de las temperaturas típico de verano provoca una mayor dilatación de los vasos sanguíneos.
Causas y síntomas más comunes
Además del calor, la relajación en nuestras rutinas pueden potenciar esa retención de líquidos, habitualmente más frecuente en las mujeres al relacionarse con los ciclos hormonales de la menstruación. Entre las causas más comunes encontramos una dieta pobre en alimentos vegetales, con exceso de sodio, agua insuficiente, demasiados alimentos procesados y azúcares. El sedentarismo y la ropa muy ajustada también afectan a la mala circulación.
La retención de líquidos puede presentar diversos síntomas, destacando:
- Aumento de volumen corporal, sobre todo en la zona abdominal.
- Hinchazón de las extremidades, especialmente tobillos y piernas.
- Sensación de pesadez y cansancio en las piernas incluso sin movernos.
- Aumento de peso repentino sin motivo, o dificultad para adelgazar.
- Disminución de la frecuencia de micción, con menos visitas al baño.
Cómo evitar la retención de líquidos en verano
Aunque el verano sea para disfrutar, tampoco hay que abandonar por completo los buenos hábitos del resto del año. Es importante cuidar la hidratación aumentando el consumo de agua y de frutas y verduras, que también son muy hidratantes. Además hay que evitar los alimentos procesados y disminuir la sal en todas las comidas, sustituyéndola por hierbas aromáticas y especias.
Tampoco hay que olvidar la práctica regular de ejercicio físico que nos ayudará a facilitar la circulación y mantener un peso adecuado. Correr, montar en bicicleta, nadar o simplemente pasear son buenas actividades compatibles con las vacaciones, siempre evitando las horas de mucho calor.
Si sospechas que sufres retención de líquidos o tienes más dudas sobre cómo mantener hábitos saludables en esta época, recuerda que lo mejor es confiar en el asesoramiento profesional. El equipo de expertos de la Consulta de Nutrición Lur Garmendia siempre está a tu disposición para ayudarte a alcanzar tus objetivos ofreciéndote una atención totalmente personalizada que se adapte a tus necesidades.