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Las distintas formas de comer por el mundo

Distintas formas de comer por el mundo

En septiembre toca retomar rutinas con el recuerdo de las vacaciones todavía presente. Ahora que es el momento de recuperar los buenos hábitos, te proponemos un pequeño viaje alrededor de las gastronomías del mundo para hacer más llevadera la vuelta. Si has salido de viaje este verano, seguro que has probado muchas comidas diferentes, ¿qué podemos aprender de ellas?

Culturas y gastronomías diferentes

Uno de los grandes atractivos que tiene viajar es conocer otras culturas distintas, lugares fascinantes pero también a sus gentes, sus costumbres y su forma de alimentarse. Y no hace falta irse muy lejos para descubrir ingredientes y platos que nos parecen de lo más exótico, pues cada lugar tiene su gastronomía local, fruto de siglos de historia y tradiciones.

Todo el mundo necesita alimentarse correctamente para obtener los nutrientes que precisa el organismo, y están presentes en alimentos muy diferentes por el mundo. Así, cada población se ha adaptado a los productos que ofrece la tierra según la zona del planeta. Por ejemplo, en Asia el arroz es la base de la dieta, en América lo es el maíz y en países mediterráneos tenemos el trigo como el cereal esencial desde tiempos antiguos.

La comida también es fruto de hábitos y costumbres. Los japoneses están muy habituados al consumo de algas y vegetales encurtidos, pero apenas disponen de variedad de fruta fresca, al contrario que nosotros. En otros asiáticos como la India, africanos o de Latinoamérica disfrutan de platos muy picantes, y hay culturas donde los insectos son un bocado habitual y nutritivo.

La alimentación también es fruto del contacto con otras culturas. Así llegaron a Europa alimentos hoy básicos como el tomate, la patata o el pimiento, ya adaptados a nuestra dieta. Pero comer es una forma también de supervivencia, la necesidad de adaptarse a lo que hay disponible. Por eso en los países más fríos de Europa abundan los vegetales y pescados fermentados, con productos tan extraños para nosotros como la sandía encurtida.

Nuestra dieta mediterránea, un ejemplo a seguir en todo el mundo

Al conocer otras gastronomías aprendemos a valorar más lo afortunados que somos de poder disfrutar de la dieta mediterránea. Reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, cada vez más estudios avalan sus beneficios. Es un ejemplo de dieta variada, rica y saludable, sostenible y equilibrada:

  • Abundancia de productos vegetales: frutas y verduras, legumbres y frutos secos.
  • Cereales integrales como fuente de energía (pan, pasta, arroz…).
  • Gran presencia de lácteos naturales (leche, yogur, queso…).
  • Proteínas magras de alta calidad, destacando la importancia del pescado.
  • Aceite de oliva virgen extra como fuente de grasas saludables para cocinar y aliñar.
  • Consumo esporádico de carnes rojas.

La llamada dieta atlántica también sigue estos patrones, si bien los países mediterráneos contamos con una despensa muy variada y rica en productos frescos, que van cambiando según la época del año. Aunque es interesante tener acceso a ingredientes exóticos que llegan desde otros rincones del mundo, apostar por nuestra propia gastronomía es invertir en salud.

Si te está constando retomar el ritmo después de las vacaciones, recuerda que en la Consulta de Nutrición Lur Garmendia te ofrecemos un servicio personalizado para ayudarte a conseguir los objetivos que más se adaptan a tus necesidades. Redescubre el placer de comer bien y de forma saludable con nuestra dieta mediterránea como base para afrontar el nuevo curso con energías renovadas.