La obesidad es una enfermedad que afecta a gran parte de la población de nuestra sociedad. No siempre se le da la importancia que se merece pero, ¿qué pasa cuando afecta a los más pequeños de la casa? Si no se previene desde una edad temprana, se puede convertir en un grave problema en la edad adulta, desencadenando así una mayor probabilidad de padecer enfermedades como diabetes, hipertensión o patologías cardiovasculares.
UNO DE CADA DIEZ NIÑOS VASCOS PADECE OBESIDAD
La educación nutricional en colegios e ikastolas es algo fundamental para que los menores aprendan a tener unos hábitos saludables. Por suerte, en Euskadi ya se están implantando programas para mejorar la dieta y la nutrición de los escolares. De esta forma se contribuye a una prevención de la obesidad, generando beneficios en la salud y bienestar de los niños que van más allá de las aulas.
UN PROBLEMA QUE AFECTA A TODA LA FAMILIA
Desde la consulta Lur Garmendia queremos destacar la importancia de los padres a la hora de trasmitir hábitos saludables a sus hijos, como comenzar el día con un buen desayuno que contenga lácteos, hidratos de carbono y fruta. También es importante que, a la hora de comer, se sirvan raciones moderadas y se espere un tiempo razonable entre plato y plato, lo que contribuye a aumentar la sensación de saciedad. Y, por supuesto, beber mucha agua, hacer ejercicio físico, comer fruta y evitar el abuso de los dulces y alimentos procesados, serán determinantes para prevenir o combatir la obesidad.
En definitiva, el conjunto de la familia tiene que adoptar el mismo régimen de comidas y pautas del niño, de esta forma el menor se acostumbrará a llevar unos hábitos saludables que mejorarán la calidad de su vida.
